"Jesús lo miró y lo amó. Una cosa te falta', le dijo. Anda, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo. Ven y sígueme".
Al oír esto, al hombre se le cayó la cara de vergüenza. Se fue triste, porque tenía muchas riquezas". Marcos 10:21-22
El que escudriñaba el corazón, sabía cuál era la única cosa que faltaba; y por eso puso su dedo palpador en el defecto, e hizo que el joven se viera a sí mismo bajo una luz más verdadera de la que jamás se había visto.
¿Cuál fue el resultado? "Ante esto, el rostro del hombre cayó".
¿Y qué hizo? "Se fue triste.
¿Por qué? "Porque tenía grandes riquezas.
Lo único que le faltaba era la voluntad de renunciar a su pecado acosador. Ese pecado acosador era la codicia.
Prefería quedarse con sus posesiones, en lugar de dárselas a los pobres;
Prefería el tesoro en la tierra, al tesoro en el cielo;
prefirió la facilidad, a tomar una cruz;
prefirió seguir su propia voluntad, a seguir a Jesús.
Este caso tan instructivo nos muestra cuán cerca, cuán muy cerca, puede estar una persona del reino de los cielos y, sin embargo, estar lejos de él. Sólo les puede faltar una cosa:
renunciar a un pecado acosador;
la voluntad de hacer un sacrificio personal por Cristo;
el rechazo a tomar alguna cruz;
el alejamiento de un seguimiento pleno de Jesús.
Un solo pecado, una sola dificultad, pueden obstruir la entrada del alma en el Cielo e impedir que uno se convierta totalmente en cristiano.
Un solo pecado en el que se persista deliberadamente, ciertamente mantendrá tu alma fuera del Cielo.
Un deber conocido deliberadamente ignorado, ¡segurará con seguridad tu condenación!
Y negarse a tomar la cruz y llevarla en pos de Jesús, debe tener como resultado ser sólo un casi cristiano, y, por tanto, no alcanzar la vida eterna.
Aquí te presento algunas citas
sobre el pecado y la necesidad de renunciar a él para seguir a Jesús:
- 1 Corintios 10:13: "No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea común a los hombres; y fiel es Dios, que no permitirá que vosotros seáis tentados más allá de lo que podéis soportar, sino que con la tentación proveerá también la vía de escape, a fin de que podáis resistirla."
- Gálatas 5:19-21: "Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios."
- 1 Juan 1:8-10: "Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros."
- Salmos 119:25-29: "Apegado a ti está mi alma; me ha sostenido tu diestra. Los soberbios me han calumniado mucho; yo no me he apartado de tus mandamientos. Me has respondido, oh Jehová, Dios mío; aumenta en mí la sabiduría. Con mi alma he deseado ardientemente tus salvaciones, y tu ley es mi delicia."
- Isaías 40:28-31: "¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán."
Estas citas bíblicas nos muestran que el pecado es algo que debemos renunciar para seguir a Jesús y alcanzar la vida eterna. También nos enseñan que Dios es fiel para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad si confesamos nuestros pecados y nos volvemos a él.
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