1 Pedro 1:15-16: "Sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo."
2. Levítico 11:44: "Porque yo soy el Señor vuestro Dios; vosotros, por tanto, os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy santo."
3. Efesios 1:4: "Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él."
4. Hebreos 12:14: "Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor."
5. 1 Tesalonicenses 4:7: "Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación."
6. Mateo 5:8: "Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios."
7. 2 Corintios 7:1: "Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios."
Estos versículos destacan la importancia de la santidad en la vida de un creyente, ya que Dios es santo y nos llama a vivir de acuerdo con su carácter. La santidad implica separarnos del pecado y buscar una vida pura y consagrada a Dios, siendo reflejo de su naturaleza en el mundo.
1. 2 Timoteo 1:9: "Nos salvó y llamó con llamamiento santo, no según nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos."
2. Romanos 6:22: "Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna."
3. Efesios 4:24: "Y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad."
4. 1 Pedro 2:9: "Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable."
5. Colosenses 1:22: "Ahora, sin embargo, os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él."
6. Hebreos 10:14: "Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados."
7. 1 Juan 3:3: "Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro."
Estos versículos resaltan la obra redentora de Cristo en nuestra vida, llamándonos a vivir en santidad como resultado de nuestra relación con Él. La santidad no solo es un llamado, sino también un proceso continuo de conformarnos a la imagen de Cristo y vivir en obediencia a su Palabra.
1. 1 Tesalonicenses 4:3-4: "Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor."
2. Romanos 12:1: "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional."
3. 1 Pedro 1:16: "Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo."
4. 2 Corintios 6:17: "Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré."
5. 1 Corintios 6:19-20: "¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios."
6. 2 Timoteo 2:21: "Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra."
7. 1 Juan 2:6: "El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo."
Estos versículos nos recuerdan que la santidad es un llamado que abarca todos los aspectos de nuestra vida, incluyendo nuestras acciones, pensamientos y relaciones. La santidad implica vivir en obediencia a los mandamientos de Dios, honrando nuestro cuerpo como templo del Espíritu Santo y siguiendo el ejemplo de Jesús en todo.
1. 1 Juan 1:7: "Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado."
2. Efesios 5:3: "Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos."
3. 1 Tesalonicenses 5:23: "Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo."
4. Santiago 4:8: "Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones."
5. Mateo 5:48: "Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto."
6. Hebreos 12:10-11: "Pero él nos disciplina para nuestro bien, para que participemos de su santidad. Ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados."
7. 2 Pedro 3:11: "Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir."
Estos versículos resaltan la importancia de la pureza, la separación del pecado y la búsqueda de la santidad como un estilo de vida. Nos instan a acercarnos a Dios, a purificar nuestros corazones y a vivir en obediencia a Su Palabra, siendo transformados por Su gracia y poder. La santidad es un proceso continuo de crecimiento espiritual y conformación a la imagen de Cristo.
1. 1 Pedro 1:14: "Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia."
2. 2 Corintios 7:1: "Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios."
3. Romanos 6:12: "No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias."
4. Colosenses 3:5: "Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría."
5. Gálatas 5:16: "Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne."
6. 1 Tesalonicenses 4:4-5: "Que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor, no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios."
7. Efesios 5:8: "Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz."
Estos versículos nos exhortan a apartarnos de las pasiones y deseos pecaminosos, a vivir en obediencia a Dios y a caminar en la luz como hijos de Dios. La santidad implica una transformación interior y un compromiso de vivir conforme a la voluntad de Dios, buscando agradarle en todas las áreas de nuestra vida. A través del poder del Espíritu Santo, podemos vivir vidas santas y separadas para la gloria de Dios.
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