¡Qué océano de gloria hay aquí!
(James Smith, "The Believer's Companion in Seasons of Affliction and Trouble" 1842)
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"Ahora bien, si somos hijos, también somos herederos: herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que participamos de sus padecimientos para participar también de su gloria." Romanos 8:17
La mente espiritual es como un pájaro encerrado en una jaula, mientras carga con un cuerpo de pecado y muerte. No podemos hacer las cosas que deseamos, así que anhelamos, jadeamos y oramos por libertad.
¡Libertad, gloriosa libertad está ante nosotros!
Libertad perfecta y completa de todo pecado y tentación de pecar.
Toda corrupción será eliminada y completamente desarraigada del cuerpo y del alma.
Ninguna nube oscura de ignorancia se cernirá más sobre el entendimiento.
Ningún principio pecaminoso o egoísta volverá a influir en la voluntad.
Ninguna culpa corrosiva obtendrá de nuevo un lugar en la conciencia.
Ningún objeto indigno se presentará, ni tendrá poder para cautivar ninguno de los afectos.
Ningún tema profano o prohibido volverá a encontrarse en la memoria.
La razón estará correctamente informada. "Ahora conocemos en parte, y profetizamos en parte; pero entonces conoceremos como también somos conocidos".
La santidad entrará en la naturaleza misma del cuerpo y del alma.
Seremos separados completamente y para siempre de todo lo que es doloroso, contaminante o perjudicial; y unidos estrechamente y para siempre a todo lo que es santo, feliz y beneficioso.
¡Probado creyente! ¡Qué océano de gloria hay aquí! ¡El paraíso de Adán no era nada comparado con esto!
¡Todas las cosas son tuyas!
¡Dios es tuyo!
¡El cielo es tuyo!
La gloria de Jesús es tuya.
Tu fin será glorioso, aunque tu situación actual sea dolorosa y angustiosa.
Pronto serás liberado. . .
de todo temor,
de todo enemigo,
de todo impedimento, y
del mal en todas sus formas.
"Ningún ojo ha visto
ningún oído ha oído, y
ni mente ha imaginado
lo que Dios ha preparado para los que le aman".
1 Corintios 2:9
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