Plegaria hora de la tarde.

Dios de amor y misericordia, hoy te pido que me ayudes a reconocer y arrepentirme de cualquier actitud o comportamiento que te haya desagradado. En muchas ocasiones, como lo describe el post en www.cristoestodo.org, he sido como el asno inmundo que señalamos en otros y no en nosotros mismos. Hoy me arrepiento sinceramente de juzgar y criticar a los demás, en lugar de mirar primero mi propio corazón. "¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?" (Mateo 7:3). Te pido que me des la humildad y la sabiduría para examinarme a mí mismo y reconocer mis propias debilidades y limitaciones. Ayúdame a ser más compasivo, amable y paciente con los demás, como lo eres conmigo. Que tu Espíritu Santo me guíe en todo momento para hacer tu voluntad y seguir tus caminos. Oh Dios, a menudo nos avergonzamos de nosotros mismos al ver con qué vehemencia nuestros afectos se vuelven hacia los amores terrenales, cuán pronto nos dejamos llevar por una especie de prostitución espiritual en pos de otras cosas. Oh, haz que seamos castos contigo; que todo nuestro corazón se entregue al único Dios siempre bendito, en la Trinidad de Personas divinas, a quien queremos adorar esta mañana con todo nuestro corazón, alma y espíritu.

Te pedimos, Padre benditísimo, que tu Espíritu Santo repita en nosotros la vida de Cristo. Especialmente, te pedimos que conozcamos la comunión de su sufrimiento y el poder de su resurrección.

Amén.