"Líbranos del mal". Mateo 6:13
En esta petición rogamos que se nos libre del mal de nuestro corazón, para que no nos incite a pecar.
El corazón es la fuente envenenada, de donde manan todos los pecados actuales. "Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, el robo, el homicidio, el adulterio, la codicia, la maldad, el engaño, la sensualidad, la envidia, la calumnia, la soberbia y la necedad." Marcos 7:21-22
La causa de todo mal yace en el propio pecho del hombre--¡todo pecado comienza en el corazón! La lujuria es concebida primero en el corazón, y luego es parida en el mundo. ¿De dónde viene la ira temeraria? El corazón enciende la lengua. El corazón es el taller donde se elabora todo pecado.
El corazón es el mayor seductor: "Cada uno es tentado cuando es llevado y seducido por su propia concupiscencia". Santiago 1:14. El diablo no podría hacernos daño, si nuestros propios corazones no dieran su consentimiento. Todo lo que puede hacer es poner el cebo, pero es culpa nuestra tragárnoslo. Por eso es tan necesaria esta oración: "Líbranos del mal de nuestros corazones".
Era la oración de Agustín: "¡Señor, líbrame de ese hombre malvado: yo mismo!".
Cuidado con el traidor del corazón, la carne. El corazón del hombre es el caballo de Troya, del que sale todo un ejército de concupiscencias. Oremos para ser liberados de las lujurias y engaños de nuestro propio corazón.
"El corazón del hombre es engañoso y perverso. ¿Quién sabe realmente cuán malo es?" Jeremías 17:9
"Guarda tu corazón con toda diligencia, porque de él brotan los asuntos de la vida". Proverbios 4:23
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