En el estudio anterior vimos la #crucifixión de nuestra carne con sus deseos y pasiones. Hoy con la ayuda del Señor y el Espíritu Santo, veremos la crucifixión del alma. Consideremos estos versículos dichos directamente por el Señor #Cristo Jesús, durante su ministerio terrenal. Pero debo aclarar, que nuestra alma es nuestra verdadera persona; es, nuestro Yo; es, nuestro Ego; y está conformada por tres partes, Mente, Emociones y Voluntad; y esta alma, pertenece y opera en la esfera espiritual. Los pensamientos pertenecen y operan en la esfera espiritual; nuestras emociones y sentimientos, pertenecen y operan en la esfera #espiritual; nuestra voluntad pertenece y opera en la esfera espiritual. #Dios nos exige la negación del alma, para que puede ser rectificada, sanada y finalmente salvada.
Lucas 14:25-35. Grandes multitudes iban con Él [Cristo Jesús]; y volviéndose, les dijo: v.26 Si alguno viene a Mí, y No aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida [En el griego es la raíz Psychê, significa, el Alma de la persona; que es: Su mente, es decir sus pensamientos; Sus emociones, es decir sus deseos y sentimientos; y Su voluntad, es decir su elección y decisión propia.], no puede ser mi discípulo. v.27 Y el que No lleva su cruz y viene en pos de Mí, no puede ser mi discípulo. v.28 Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, No se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? v.29 No sea que después que haya puesto el cimiento, y No pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, v.30 diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y No pudo acabar. v.31 ¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, No se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil? v.32 Y si No puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide condiciones de paz. v.33 Así, pues, cualquiera de vosotros que No renuncia a todo lo que posee, No puede ser mi discípulo. v.34 Buena es la sal; más si la sal se hiciere insípida, ¿con qué se sazonará? v.35 Ni para la tierra Ni para el muladar es útil; la arrojan fuera. El que tiene oídos para oír, oiga.
Mateo 10:37-39. El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; v.38 y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. v.39 El que halla su vida [Su Alma], la perderá; y el que pierde su vida [Su Alma] por causa de mí, la hallará.
Marcos 8:34-38. Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. v.35 Porque todo el que quiera salvar su vida [En el griego es la raíz Psychê. El significa, de querer salvar su alma, es el que ama su propia alma. Es decir, que sigue sus propios pensamientos; y se enfoca en sus propios deseos y sentimientos; y solo hace su propia voluntad, este al final de sus días, habrá perdido] la perderá; y todo el que pierda su vida [En el griego es la raíz Psychê. Significa, que la persona que pierde su alma ahora, es aquella que cambia sus pensamientos, por los pensamientos de la Palabra de Dios; el que se niega a sus propios deseos y sentimientos, y sigue los deseos y sentimientos de Dios; el que niega su propia voluntad, para hacer la voluntad de Dios, este al final de sus días la habrá ganado] por causa de mí y del evangelio, la salvará. v.36 Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? v.37 ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? v.38 Porque el que se avergonzare de Mí y de mis Palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.
Juan 12:24-25. De cierto, de cierto os digo, que, si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. v.25 El que ama su vida [Su Alma, es decir, su Ego, su Yo], la perderá; y el que aborrece su vida [Su Alma, es decir, su Ego, su Yo] en este mundo, para vida eterna la guardará.
En estos pasajes Bíblicos, Jesús el Cristo, declara y enfatiza firmemente, que aquel, que no Aborrece su propia alma, es decir, odiar, despreciar, descuidar, desatender, por extensión amarla menos. Si nosotros no odiamos nuestros pensamientos, nuestros deseos, nuestros caprichos, nuestros #sueños, nuestros #ideales, nuestra voluntad; no podremos salvar nuestra alma, cuando venga Cristo Jesús con sus ángeles, es decir en su segunda venida. Como lo declara Hebreos 9:27-28.
Hebreos 9:27-28. Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, v.28 así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.
Está establecido, que una vez que nuestro cuerpo fallezca, ya está determinado nuestro juicio. Porque así también Cristo Jesús, se ofreció una sola vez para llevar los pecados de muchos, es decir pagar el precio de nuestros pecados, por medio de Su Sangre, en el Tribunal Supremo del Padre-celestial, porque así lo demanda la Justicia Divina; el pago de nuestros pecados, se cancela con el derramamiento de Sangre según [Levítico 17:11], porque es, la única forma de pagar la violación, a los decretos del Reino de Dios, ya que toda infracción a la Ley de Dios, es decir sus mandamientos, es pecado 1 Juan 3:4. Este sacrificio a favor nuestro, lo hizo Cristo Jesús, por nosotros. Pero en Su segunda venida, viene sin relación al pecado, es decir, que no viene a pagarle a nadie sus pecados con Su Sangre; sino, que viene, para rescatar, libertar, dar seguridad, salvar a su pueblo de los juicios de la ira de Dios y del cordero. Y solo salvara a aquellos, que le están esperando.
Levítico 17:11. Porque la vida [Nêphesh #H5315 diccionario de Strong. Es decir, la vida del alma] de la carne en la sangre está, y YO os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas [Nêphesh #H5315 diccionario de Strong. Es decir, la vida del alma]; y la misma sangre hará expiación de la persona [Nêphesh #H5315 diccionario de Strong. Es decir, la vida del alma].
1 Juan 3:4. Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley.
¿Y quienes le están esperando? No son todos los cristianos, ni todos aquellos que le recibieron como salvador; Sino solo aquellos que: “LE RECIBIERON COMO SU SEÑOR Y #SALVADOR”. Aquellos que le recibieron como “SU SEÑOR”, y estos son, los que “SE NEGARON A SÍ MISMOS”. Son aquellos que se consagraron a Dios, son aquellos que se purificaron, son aquellos que se santificaron, son aquellos que permitieron que “CRISTO JESÚS, SE FORMARA, EN SU MENTE Y CORAZÓN”. Son aquellos cuyos pensamientos, son los pensamientos de Dios, cuyo camino, es el camino de Dios, cuya voz, es la voz de Dios, es decir Su Palabra; son aquellos que están en plena sintonía con la Voluntad del Padre, Hijo y Espíritu Santo.
1 Juan 3:1-3. Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. v.2 Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque le veremos tal como Él es. v.3 Y todo aquel que tiene esta esperanza en Él, se purifica a sí mismo, así como Él es puro.
1 Tesalonicenses 4:2-3,7-8. Porque ya sabéis qué instrucciones os dimos por el Señor Jesús; v.3 pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; v.7 Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación. v.8 Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo.
Tito 2:11-14. Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, v.12 enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, v.13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, v.14 quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.
Estos hijos de Dios, renunciaron a sus planes, a sus sueños, a sus deseos, a sus razonamientos, a su voluntad, a sus placeres, al mundo, a la carne, etc. Estos se negaron a sí mismos. Para escoger solo, en hacer la “VOLUNTAD DE DIOS”. Esto significa “CRUCIFICAR NUESTRA ALMA, EL NEGARNOS A NOSOTROS MISMOS”. Estos hijos de Dios, eligieron voluntariamente, de todo corazón, colocar Su alma, cuerpo y espíritu, para ser quemado en el altar de Dios, como sacrificio de Holocausto, de olor grato a Dios.
Mateo 7:21. No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el Reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
Lucas 13:22-29. Pasaba Jesús por ciudades y aldeas, enseñando, y encaminándose a Jerusalén. v.23 Y alguien le dijo: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo: v.24 Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán. v.25 Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois. v.26 Entonces comenzaréis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste. v.27 Pero os dirá: Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mí todos vosotros, hacedores de maldad. v.28 Allí será el llanto y el crujir de dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y vosotros estéis excluidos. v.29 Porque vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios.
De qué nos sirve, vivir nuestra propia vida, y ganar el mundo, llenándonos de títulos, de dinero, de prosperidad material, de una buena posición económica y social; de ser alabados por los hombres, de llegar a ser empresarios exitosos, o profesionales exitosos, o tener un negocio exitoso; luchando contra viento y marea, para lograr nuestras aspiraciones y objetivos; si al terminar nuestros días, en esta tierra, estaremos por toda una eternidad apartados de Dios, en un tormento y sufrimiento eternos. Por no haber hecho la “VOLUNTAD DE DIOS”. La Palabra de Dios es muy clara.
1 Juan 2:15-17. No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. v.16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida [Bíos G979 diccionario de Strong, es la raíz griega, que hace referencia solo a la vida del cuerpo, No a la vida del alma, Ni del espíritu. Es decir, que se refiere solo a la vida biológica de nuestro cuerpo, que es la vanidad de nuestro cuerpo, la cual sometió nuestra alma, a su voluntad, por causa del pecado], no proviene del Padre, sino del mundo. v.17 Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
Santiago 4:4-5. ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. v.5 ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: ¿El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?
Otro aspecto, con respecto a crucificar nuestra alma; es lo referente a eliminar todo rastro y raíz de pecado en nuestra alma; y esto incluye nuestra mente, nuestras emociones o sentimientos, y nuestra voluntad. Todo pecado tiene su raíz de origen, en el corazón de la persona. Y nosotros aún no somos libres de esta tragedia espiritual.
Mateo 15:19. Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.
Proverbios 23:7a. Porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él.
Jeremías 17:9. Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?
Quién de nosotros, conoce con perfección, su propio corazón; Dios dice que ningún ser humano. Nuestro corazón es engañoso y perverso. Así lo declara Dios y así debemos aceptarlo.
Nosotros, como cristianos, es muy posible, que ya no cometamos fornicación, ni adulterio con nuestro cuerpo; ni robemos con nuestras manos; ni maldigamos a nadie con nuestra boca; ni hablemos palabras groseras y vulgares con nuestros labios; ni nos emborrachemos con nuestro cuerpo; ni nos agarremos a puños con alguien, etc. Pero si es posible que todavía deseemos a una mujer con lujuria, en nuestros pensamientos; o es posible, que todavía estemos atrapados por el deseo de tener dinero y riqueza material; o quizás todavía estamos codiciando las cosas materiales de este mundo, en vez, de las del Reino de Dios; o aún nos llenamos de ira, con mucha facilidad; o posiblemente albergamos aún amargura contra alguna o varias personas, por cosas que nos han hecho. No obstante, es posible que aún sintamos envidia por algo; o que vivamos muy infelices y afanados, por nuestra condición económica. También puede ser, que todavía somos personas muy contenciosas y gritonas; o todavía nos cuesta trabajo perdonar a los que nos causan daño; o todavía le deseamos alguna clase de mal a ciertas personas con nuestros pensamientos; o aún tenemos prejuicios, cuando vemos cierto tipo de personas. Es posible que la mentira y el engaño tienen lugar todavía en nuestro corazón; o todavía tenemos actitudes hipócritas, etc, etc, etc. Todo este tipo de manifestaciones emocionales incorrectas, actitudes equivocadas, pensamientos dañinos, a los cuales sede nuestra voluntad; se encuentran en nuestra alma, aunque las disimulemos con mucha diplomacia con nuestro cuerpo. Estas conductas, son frutos de las obras muertas de nuestra alma. Son obras de las tinieblas, que aún reinan en nuestra mente, sentimientos y voluntad, y que se manifiestan a través de nuestros pensamientos negativos y oscuros; a través de nuestros sentimientos malos y perversos; y actitudes negativas ejercidas por nuestra voluntad. Y debemos arrepentirnos de ellas y abandonarlas por siempre. Consideremos estos pasajes del Nuevo testamento, con respecto a esto.
1 Pedro 2:1-3. Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, v.2 desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, v.3 si es que habéis gustado la benignidad del Señor.
Santiago 3:13-18. ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. v.14 Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; v.15 porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. v.16 Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. v.17 Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. v.18 Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.
Efesios 4:17-32. Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, v.18 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; v.19 los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza. v.20 Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo, v.21 si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús. v.22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, v.23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente, v.24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. v.25 Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. v.26 Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, v.27 ni deis lugar al diablo. v.28 El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. v.29 Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. v.30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. v.31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. v.32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
Colosenses 3:5-14. Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; v.6 cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, v.7 en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas. v.8 Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. v.9 No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, v.10 y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno, v.11 donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos. v.12 Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; v.13 soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. v.14 Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.
Efesios 5:3-17. Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; v.4 ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias. v.5 Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. v.6 Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia. v.7 No seáis, pues, partícipes con ellos. v.8 Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz v.9 (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad), v.10 comprobando lo que es agradable al Señor. v.11 Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas; v.12 porque vergonzoso es aún hablar de lo que ellos hacen en secreto. v.13 Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo. v.14 Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo. v.15 Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, v.16 aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. v.17 Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.
Gálatas 5:16-25. Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. v.17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. v.18 Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. v.19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, v.20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, v.21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. v.22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, v.23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. v.24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. v.25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.
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