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EL ARREPENTIMIENTO DE LAS OBRAS MUERTAS

Foto del escritor: Felipe Chavarro PolaníaFelipe Chavarro Polanía

Actualizado: 11 ene 2020

Las Obras muertas; tienen un significado en la Palabra de Dios: vivir una vida de pecado, una vida que está influenciada por el pecado, la mala inclinación, una vida basada en la mentira, el engaño, la fornicación, los chismes, la murmuración, la envidia, el orgullo, la arrogancia, la rebeldía, los prejuicios, la avaricia, la codicia, el amar este mundo, etc. Es decir, toda conducta que está violando constantemente los mandamientos de la Palabra de Dios.

1 Juan 3:4. Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley.


Debemos entender claramente, que el Señor, se está dirigiendo directamente a su pueblo, aquellos que ya nacieron de nuevo, que ya se bautizaron, que ya son hijos legítimos de Dios y que sellaron el Pacto-Nuevo, con el Padre-Eterno, por medio del Bautismo. Así, que el Arrepentimiento de las obras muertas, NO es para los paganos. Porque ellos ya están condenados, a pesar de que todavía viven en la tierra. Pero en su misericordia Dios, les concede que se arrepientan, mientras estén aún viviendo en esta tierra. Tan solo deben creer en su Hijo Cristo-Jesús.

Juan 3:18-21. El que en Él cree, No es condenado; pero el que No cree, ya ha sido condenado, porque No ha creído en el Nombre del Unigénito Hijo de Dios. v.19 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. v.20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y No viene a la luz, para que sus obras No sean reprendidas. v.21 Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.


Si nosotros no hacemos morir las obras muertas de nuestra alma, que son el fruto del pecado, entonces nos condenaremos igual que aquellos que rechazaron al Mesías Cristo Jesús. Estaremos nosotros mismos desechando la Salvación ofrecida por el Padre-Eterno. Estos versículos que leeremos a continuación, nos muestran claramente, que tenemos que arrepentirnos de las Obras muertas.


Filipenses 3:18-19. Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; v.19 el fin de los cuales será perdición [apoleia (ἀπώλεια, G684), destrucción, perdición. Apóleia de un derivado presunto de G622; ruina o pérdida (físicamente espiritual o eterna):- perdición, camino, condenación, desperdicio, destrucción, destructor, disolución, muerte.], cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal.


Romanos 6:19-23. Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que, así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia. v.20 Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. v.21 ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzais? Porque el fin de ellas es muerte. v.22 Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. v.23 Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.


Romanos 2:1-13. Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo. v.2 Mas sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad. v.3 ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios? v.4 ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento? v.5 Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, v.6 el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: v.7 vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, v.8 pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia; v.9 tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego, v.10 pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego; v.11 porque no hay acepción de personas para con Dios. v.12 Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; v.13 porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados.


Mateo 8:11-12. Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos; v.12 más los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.


Así que, en la vida práctica, durante esta peregrinación en la tierra, nosotros como hijos de Dios; Nos es necesario arrepentirnos diariamente de nuestros pecados, de nuestras acciones malas, de nuestra inclinación al mal. No debemos ser como Caín, que nunca se arrepintió de su maldad [Génesis 4:1-14, 1 Juan 3:12].


Génesis 4:1-14. Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido varón. v.2 Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra. v.3 Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. v.4 Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; v.5 pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante. v.6 Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? v.7 Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él. v.8 Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató. v.9 Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano? v.10 Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra. v.11 Ahora, pues, maldito seas tú de la tierra, que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano. v.12 Cuando labres la tierra, no te volverá a dar su fuerza; errante y extranjero serás en la tierra. v.13 Y dijo Caín a Jehová: Grande es mi castigo para ser soportado. v.14 He aquí me echas hoy de la tierra, y de tu presencia me esconderé, y seré errante y extranjero en la tierra; y sucederá que cualquiera que me hallare, me matará.


1 Juan 3:12. No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas.
No debemos ser como Esaú, que desprecio la Primogenitura, por un plato de comida. [Génesis 25:19-34, Hebreos 12:15-17].


Génesis 25:19-34. Estos son los descendientes de Isaac hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac, v.20 y era Isaac de cuarenta años cuando tomó por mujer a Rebeca, hija de Betuel arameo de Padan-aram, hermana de Labán arameo. v.21 Y oró Isaac a Jehová por su mujer, que era estéril; y lo aceptó Jehová, y concibió Rebeca su mujer. v.22 Y los hijos luchaban dentro de ella; y dijo: Si es así, ¿para qué vivo yo? Y fue a consultar a Jehová; v.23 y le respondió Jehová: Dos naciones hay en tu seno, Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; El un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, Y el mayor servirá al menor. v.24 Cuando se cumplieron sus días para dar a luz, he aquí había gemelos en su vientre. v.25 Y salió el primero rubio, y era todo velludo como una pelliza; y llamaron su nombre Esaú. v.26 Después salió su hermano, trabada su mano al calcañar de Esaú; y fue llamado su nombre Jacob. Y era Isaac de edad de sesenta años cuando ella los dio a luz. v.27 Y crecieron los niños, y Esaú fue diestro en la caza, hombre del campo; pero Jacob era varón quieto, que habitaba en tiendas. v.28 Y amó Isaac a Esaú, porque comía de su caza; más Rebeca amaba a Jacob. v.29 Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado, v.30 dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto, fue llamado su nombre Edom. v.31 Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura. v.32 Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura? v.33 Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura. v.34 Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.


Hebreos 12:15-17. Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados; v.16 no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura. v.17 Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas.


No debemos ser, como el rey Saúl, que fue rebelde y obstinado con Dios [1 Samuel 15.1-29.].


1 Samuel 15:1-29. Después Samuel dijo a Saúl: Jehová me envió a que te ungiese por rey sobre su pueblo Israel; ahora, pues, está atento a las palabras de Jehová. v.2 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo castigaré lo que hizo Amalec a Israel al oponérsele en el camino cuando subía de Egipto. v.3 Vé, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos. v.4 Saúl, pues, convocó al pueblo y les pasó revista en Telaim, doscientos mil de a pie, y diez mil hombres de Judá. v.5 Y viniendo Saúl a la ciudad de Amalec, puso emboscada en el valle. v.6 Y dijo Saúl a los ceneos: Idos, apartaos y salid de entre los de Amalec, para que no os destruya juntamente con ellos; porque vosotros mostrasteis misericordia a todos los hijos de Israel, cuando subían de Egipto. Y se apartaron los ceneos de entre los hijos de Amalec. v.7 Y Saúl derrotó a los amalecitas desde Havila hasta llegar a Shur, que está al oriente de Egipto. v.8 Y tomó vivo a Agag rey de Amalec, pero a todo el pueblo mató a filo de espada. v.9 Y Saúl y el pueblo perdonaron a Agag, y a lo mejor de las ovejas y del ganado mayor, de los animales engordados, de los carneros y de todo lo bueno, y no lo quisieron destruir; más todo lo que era vil y despreciable destruyeron. v.10 Y vino palabra de Jehová a Samuel, diciendo: v.11 Me pesa haber puesto por rey a Saúl, porque se ha vuelto de en pos de mí, y no ha cumplido mis palabras. Y se apesadumbró Samuel, y clamó a Jehová toda aquella noche. v.12 Madrugó luego Samuel para ir a encontrar a Saúl por la mañana; y fue dado aviso a Samuel, diciendo: Saúl ha venido a Carmel, y he aquí se levantó un monumento, y dio la vuelta, y pasó adelante y descendió a Gilgal. v.13 Vino, pues, Samuel a Saúl, y Saúl le dijo: Bendito seas tú de Jehová; yo he cumplido la palabra de Jehová. v.14 Samuel entonces dijo: ¿Pues qué balido de ovejas y bramido de vacas es este que yo oigo con mis oídos? v.15 Y Saúl respondió: De Amalec los han traído; porque el pueblo perdonó lo mejor de las ovejas y de las vacas, para sacrificarlas a Jehová tu Dios, pero lo demás lo destruimos. v.16 Entonces dijo Samuel a Saúl: Déjame declararte lo que Jehová me ha dicho esta noche. Y él le respondió: Dí. v.17 Y dijo Samuel: Aunque eras pequeño en tus propios ojos, ¿no has sido hecho jefe de las tribus de Israel, y Jehová te ha ungido por rey sobre Israel? v.18 Y Jehová te envió en misión y dijo: Vé, destruye a los pecadores de Amalec, y hazles guerra hasta que los acabes. v.19 ¿Por qué, pues, no has oído la voz de Jehová, sino que vuelto al botín has hecho lo malo ante los ojos de Jehová? v.20 Y Saúl respondió a Samuel: Antes bien he obedecido la voz de Jehová, y fui a la misión que Jehová me envió, y he traído a Agag rey de Amalec, y he destruido a los amalecitas. v.21 Mas el pueblo tomó del botín ovejas y vacas, las primicias del anatema, para ofrecer sacrificios a Jehová tu Dios en Gilgal. v.22 Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. v.23 Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey. v.24 Entonces Saúl dijo a Samuel: Yo he pecado; pues he quebrantado el mandamiento de Jehová y tus palabras, porque temí al pueblo y consentí a la voz de ellos. Perdona, pues, ahora mi pecado, v.25 y vuelve conmigo para que adore a Jehová. v.26 Y Samuel respondió a Saúl: No volveré contigo; porque desechaste la palabra de Jehová, y Jehová te ha desechado para que no seas rey sobre Israel. v.27 Y volviéndose Samuel para irse, él se asió de la punta de su manto, y éste se rasgó. v.28 Entonces Samuel le dijo: Jehová ha rasgado hoy de ti el reino de Israel, y lo ha dado a un prójimo tuyo mejor que tú. v.29 Además, el que es la Gloria de Israel no mentirá, ni se arrepentirá, porque no es hombre para que se arrepienta.


No debemos ser como el rey Salomón, al final de sus días, apostato contra Dios, violando el Pacto, en su vejez [1 Reyes 11:1-36].


1 Reyes 11:1-36. Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras; a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a las de Sidón, y a las heteas; v.2 gentes de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: No os llegaréis a ellas, ni ellas se llegarán a vosotros; porque ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses. A éstas, pues, se juntó Salomón con amor. v.3 Y tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas; y sus mujeres desviaron su corazón. v.4 Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David. v.5 Porque Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom, ídolo abominable de los amonitas. v.6 E hizo Salomón lo malo ante los ojos de Jehová, y no siguió cumplidamente a Jehová como David su padre. v.7 Entonces edificó Salomón un lugar alto a Quemos, ídolo abominable de Moab, en el monte que está enfrente de Jerusalén, y a Moloc, ídolo abominable de los hijos de Amón. v.8 Así hizo para todas sus mujeres extranjeras, las cuales quemaban incienso y ofrecían sacrificios a sus dioses. v.9 Y se enojó Jehová contra Salomón, por cuanto su corazón se había apartado de Jehová Dios de Israel, que se le había aparecido dos veces, v.10 y le había mandado acerca de esto, que no siguiese a dioses ajenos; más él no guardó lo que le mandó Jehová. v.11 Y dijo Jehová a Salomón: Por cuanto ha habido esto en ti, y no has guardado Mi Pacto y mis Estatutos que YO te mandé, romperé de ti el reino, y lo entregaré a tu siervo. v.12 Sin embargo, no lo haré en tus días, por amor a David tu padre; lo romperé de la mano de tu hijo. v.13 Pero no romperé todo el reino, sino que daré una tribu a tu hijo, por amor a David mi siervo, y por amor a Jerusalén, la cual YO he elegido. v.14 Y Jehová suscitó un adversario a Salomón: Hadad edomita, de sangre real, el cual estaba en Edom. v.15 Porque cuando David estaba en Edom, y subió Joab el general del ejército a enterrar los muertos, y mató a todos los varones de Edom v.16 (porque seis meses habitó allí Joab, y todo Israel, hasta que hubo acabado con todo el sexo masculino en Edom), v.17 Hadad huyó, y con él algunos varones edomitas de los siervos de su padre, y se fue a Egipto; era entonces Hadad muchacho pequeño. v.18 Y se levantaron de Madián, y vinieron a Parán; y tomando consigo hombres de Parán, vinieron a Egipto, a Faraón rey de Egipto, el cual les dio casa y les señaló alimentos, y aun les dio tierra. v.19 Y halló Hadad gran favor delante de Faraón, el cual le dio por mujer la hermana de su esposa, la hermana de la reina Tahpenes. v.20 Y la hermana de Tahpenes le dio a luz su hijo Genubat, al cual destetó Tahpenes en casa de Faraón; y estaba Genubat en casa de Faraón entre los hijos de Faraón. v.21 Y oyendo Hadad en Egipto que David había dormido con sus padres, y que era muerto Joab general del ejército, Hadad dijo a Faraón: Déjame ir a mi tierra. v.22 Faraón le respondió: ¿Por qué? ¿Qué te falta conmigo, que procuras irte a tu tierra? El respondió: Nada; con todo, te ruego que me dejes ir. v.23 Dios también levantó por adversario contra Salomón a Rezón hijo de Eliada, el cual había huido de su amo Hadad-ezer, rey de Soba. v.24 Y había juntado gente contra él, y se había hecho capitán de una compañía, cuando David deshizo a los de Soba. Después fueron a Damasco y habitaron allí, y le hicieron rey en Damasco. v.25 Y fue adversario de Israel todos los días de Salomón; y fue otro mal con el de Hadad, porque aborreció a Israel, y reinó sobre Siria. v.26 También Jeroboam hijo de Nabat, efrateo de Sereda, siervo de Salomón, cuya madre se llamaba Zerúa, la cual era viuda, alzó su mano contra el rey. v.27 La causa por la cual éste alzó su mano contra el rey fue esta: Salomón, edificando a Milo, cerró el portillo de la ciudad de David su padre. v.28 Y este varón Jeroboam era valiente y esforzado; y viendo Salomón al joven que era hombre activo, le encomendó todo el cargo de la casa de José. v.29 Aconteció, pues, en aquel tiempo, que, saliendo Jeroboam de Jerusalén, le encontró en el camino el profeta Ahías silonita, y éste estaba cubierto con una capa nueva; y estaban ellos dos solos en el campo. v.30 Y tomando Ahías la capa nueva que tenía sobre sí, la rompió en doce pedazos, v.31 y dijo a Jeroboam: Toma para ti los diez pedazos; porque así dijo Jehová Dios de Israel: He aquí que YO rompo el reino de la mano de Salomón, y a ti te daré diez tribus; v.32 y él tendrá una tribu por amor a David mi siervo, y por amor a Jerusalén, ciudad que YO he elegido de todas las tribus de Israel; v.33 por cuanto me han dejado, y han adorado a Astoret diosa de los sidonios, a Quemos dios de Moab, y a Moloc dios de los hijos de Amón; y no han andado en mis caminos para hacer lo recto delante de mis ojos, y mis Estatutos y mis Decretos, como hizo David su padre. v.34 Pero no quitaré nada del reino de sus manos, sino que lo retendré por rey todos los días de su vida, por amor a David mi siervo, al cual YO elegí, y quien guardó mis Mandamientos y mis Estatutos. v.35 Pero quitaré el reino de la mano de su hijo, y lo daré a ti, las diez tribus. v.36 Y a su hijo daré una tribu, para que mi siervo David tenga lámpara todos los días delante de Mí en Jerusalén, ciudad que YO me elegí para poner en ella mi Nombre.


No debemos ser, como Judas Iscariote, que no se arrepintió de sus pecados de robo, avaricia y traición; y fue muy tarde, cuando tomo conciencia de sus hechos, y fue y se ahorco. [Juan 12:1.8, Mateo 26:1-16, Juan 13:1-30; Mateo 26:47-57, Mateo 27:1-5].


Juan 12:1-8. Seis días antes de la pascua, vino Jesús a Betania, donde estaba Lázaro, el que había estado muerto, y a quien había resucitado de los muertos. v.2 Y le hicieron allí una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con él. v.3 Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume. v.4 Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote hijo de Simón, el que le había de entregar: v.5 ¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres? v.6 Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella. v.7 Entonces Jesús dijo: Déjala; para el día de mi sepultura ha guardado esto. v.8 Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros, más a mí no siempre me tendréis.


Mateo 26:1-16. Cuando hubo acabado Jesús todas estas palabras, dijo a sus discípulos: v.2 Sabéis que dentro de dos días se celebra la pascua, y el Hijo del Hombre será entregado para ser crucificado. v.3 Entonces los principales sacerdotes, los escribas, y los ancianos del pueblo se reunieron en el patio del sumo sacerdote llamado Caifás, v.4 y tuvieron consejo para prender con engaño a Jesús, y matarle. v.5 Pero decían: No durante la fiesta, para que no se haga alboroto en el pueblo. v.6 Y estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, v.7 vino a él una mujer, con un vaso de alabastro de perfume de gran precio, y lo derramó sobre la cabeza de él, estando sentado a la mesa. v.8 Al ver esto, los discípulos se enojaron, diciendo: ¿Para qué este desperdicio? v.9 Porque esto podía haberse vendido a gran precio, y haberse dado a los pobres. v.10 Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué molestáis a esta mujer? pues ha hecho conmigo una buena obra. v.11 Porque siempre tendréis pobres con vosotros, pero a mí no siempre me tendréis. v.12 Porque al derramar este perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la sepultura.v.13 De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella. v.14 Entonces uno de los doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes, v.15 y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le asignaron treinta piezas de plata. v.16 Y desde entonces buscaba oportunidad para entregarle.




Juan 13:1-30. Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin. v.2 Y cuando cenaban, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase, v.3 sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba, v.4 se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. v.5 Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido. v.6 Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies? v.7 Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; más lo entenderás después. v.8 Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo. v.9 Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza. v.10 Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos. v.11 Porque sabía quién le iba a entregar; por eso dijo: No estáis limpios todos.v.12 Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho? v.13 Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy.v.14 Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. v.15 Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. v.16 De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió.v.17 Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis. v.18 No hablo de todos vosotros; yo sé a quienes he elegido; más para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar. v.19 Desde ahora os lo digo antes que suceda, para que cuando suceda, creáis que yo soy. v.20 De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. v.21 Habiendo dicho Jesús esto, se conmovió en espíritu, y declaró y dijo: De cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar. v.22 Entonces los discípulos se miraban unos a otros, dudando de quién hablaba. v.23 Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús. v.24 A éste, pues, hizo señas Simón Pedro, para que preguntase quién era aquel de quien hablaba. v.25 El entonces, recostado cerca del pecho de Jesús, le dijo: Señor, ¿quién es? v.26 Respondió Jesús: A quien yo diere el pan mojado, aquél es. Y mojando el pan, lo dio a Judas Iscariote hijo de Simón. v.27 Y después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo más pronto. v.28 Pero ninguno de los que estaban a la mesa entendió por qué le dijo esto. v.29 Porque algunos pensaban, puesto que Judas tenía la bolsa, que Jesús le decía: Compra lo que necesitamos para la fiesta; o que diese algo a los pobres. v.30 Cuando él, pues, hubo tomado el bocado, luego salió; y era ya de noche.


Mateo 26:47-57. Mientras todavía hablaba, vino Judas, uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo. v.48 Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle. v.49 Y en seguida se acercó a Jesús y dijo: ¡Salve, Maestro! Y le besó. v.50 Y Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué vienes? Entonces se acercaron y echaron mano a Jesús, y le prendieron. v.51 Pero uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, e hiriendo a un siervo del sumo sacerdote, le quitó la oreja. v.52 Entonces Jesús le dijo: Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomen espada, a espada perecerán. v.53 ¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que Él no me daría más de doce legiones de ángeles? v.54 ¿Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras, de que es necesario que así se haga? v.55 En aquella hora dijo Jesús a la gente: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos para prenderme? Cada día me sentaba con vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis. v.56 Mas todo esto sucede, para que se cumplan las Escrituras de los profetas. Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron. v.57 Los que prendieron a Jesús le llevaron al sumo sacerdote Caifás, adonde estaban reunidos los escribas y los ancianos.


Mateo 27:1-5. Venida la mañana, todos los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo entraron en consejo contra Jesús, para entregarle a muerte. v.2 Y le llevaron atado, y le entregaron a Poncio Pilato, el gobernador. v.3 Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, v.4 diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú! v.5 Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó.


Todos ellos fueron desechados por Dios. Debemos saber, que no es tan relevante el comienzo de nuestra vida cristiana en Cristo-Jesús; sino, el final.


NOTA: En la próxima reunión, veremos el “Arrepentimiento de las Obras Muertas”, enfocado desde el punto de vista práctico; en nuestro caminar cristiano, en esta tierra. Es decir, el poder poner en práctica, este fundamento esencial de la doctrina de Cristo Jesús, en nuestra vida cotidiana. Porque si no lo llevamos a la práctica real en nuestra vida cotidiana, No podremos crecer espiritualmente, y estaremos en peligro de llegar a ser desechados por Dios. Dios les Bendiga.


Oración: Padre-Eterno, te pido de todo corazón, que me ayudes a comprender mi responsabilidad, ante Ti. Que no tome en juego este camino de la salvación, que me has dado, por medio de tu Hijo Cristo-Jesús y tu Espíritu Santo. Que tome conciencia, de que mi existencia en esta tierra, tiene como propósito el obtener está salvación completa, y de este modo pueda heredar la vida eterna y la entrada a tu Reino Celestial, por toda eternidad. Padre-Amoroso, ayúdame, para no abandonarte, por las cosas de este mundo, por las trampas del enemigo y por las insinuaciones de mi carne. Ayúdame a valorar la obra redentora que tú haz hecho por mí, y que te ame con toda mi mente, corazón, alma y con toda la fuerza de mi voluntad. Amén, Amén, Amén.


Estudios dado por Ricciardo B. Iafrancesco V.

Sobre el tema del Arrepentimiento de Obras Muertas.

Estudio N° 03 - Tema: El Arrepentimiento de las Obras Muertas, Parte 1.

Todos los textos citados, son de la versión Bíblica: Reina-Valera de 1960.



 

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